Corrían los últimos días del invierno de 1976, faltaban escasos días para que en la ciudad de La Plata se festejara la llegada de la primavera en las escuelas con un motivo más además de la alegría por ser joven, estudiante y militante. Un conjunto de chicos y chicas organizados en sus Centros de Estudiantes habían conquistado un triunfo para todos, el Boleto Estudiantil Secundario.
No era poco entre tanta oscuridad, sangre y terror. Eran muchos los jóvenes que, entregados al compromiso por una Escuela Secundaria Pública para todos y todas, comprendieron que el Estado debía legislar, garantizar y sostener el Derecho Social a la Educación, para que esa necesidad fuera un derecho en ejercicio de las mayorías.
Pero el pensar rompiendo el cerco del individualismo no estaba permitido; estar organizados para la conquista de derechos tampoco; y definir colectivamente los objetivos, mucho menos.
Poco después, el 16 de Septiembre de 1976, se concretó contra la voluntad y la conciencia solidaria un brutal golpe de maza, el acto cobarde de arrebatar de sus hogares a siete de aquellos alumnos secundarios en lo que fue una operación más para los grupos de tareas, que siniestramente, denominaron La Noche de los Lápices. Hoy, y por constancia militante de los Organismos de Derechos Humanos y Organizaciones Sociales y Gremiales, la Escuela Pública ha cobijado en la memoria de nuestros jóvenes el retazo de esas vidas, que junto a los 30 mil desaparecidos conforman la lucha heredada por justicia, democracia y otra distribución de la riqueza.
En el SUTEBA continuamos esta lucha con el compromiso y la convicción de mantener la Memoria y la búsqueda de la Verdad y la Justicia para nuestros 30 mil compañeros desaparecidos.
Pero el pensar rompiendo el cerco del individualismo no estaba permitido; estar organizados para la conquista de derechos tampoco; y definir colectivamente los objetivos, mucho menos.
Poco después, el 16 de Septiembre de 1976, se concretó contra la voluntad y la conciencia solidaria un brutal golpe de maza, el acto cobarde de arrebatar de sus hogares a siete de aquellos alumnos secundarios en lo que fue una operación más para los grupos de tareas, que siniestramente, denominaron La Noche de los Lápices. Hoy, y por constancia militante de los Organismos de Derechos Humanos y Organizaciones Sociales y Gremiales, la Escuela Pública ha cobijado en la memoria de nuestros jóvenes el retazo de esas vidas, que junto a los 30 mil desaparecidos conforman la lucha heredada por justicia, democracia y otra distribución de la riqueza.
En el SUTEBA continuamos esta lucha con el compromiso y la convicción de mantener la Memoria y la búsqueda de la Verdad y la Justicia para nuestros 30 mil compañeros desaparecidos.
30.000 compañeros desaparecidos PRESENTES, AHORA Y SIEMPRE!!!!!
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